El Torneo de Candidatos de 1962 en Curaçao fue una de las batallas de ajedrez más feroces de todos los tiempos. En el apogeo de la Guerra Fría, ocho jugadores disputaron el derecho a desafiar al campeón mundial Mikhail Botvinnik. El formato del torneo fue una agotadora liga cuádruple. En la isla tropical se disputarían 28 partidas, en un certamen que duró dos meses.
En Curaçao 1962, Jan Timman regresa a este choque de gigantes y echa una nueva mirada a los juegos. Timman describe el curso del torneo y anota las partidas más importantes (¡incluyendo 16 de Fischer!) en su habitual estilo lúcido e instructivo. Curaçao 1962 revive una tradición de grandes libros de torneos, como New York 1927 de Alekhine y Zurich 1953 de Bronstein.
El Torneo de Candidatos de 1962 en Curaçao fue una de las batallas de ajedrez más feroces de todos los tiempos. En el apogeo de la Guerra Fría, ocho jugadores disputaron el derecho a desafiar al campeón mundial Mikhail Botvinnik. El formato del torneo fue una agotadora liga cuádruple. En la isla tropical se disputarían 28 partidas, en un certamen que duró dos meses.
El aire temblaba de drama e intriga. Uno de los favoritos, el brillante Mikhail Tal, fue llevado al hospital después de 21 rondas y tuvo que retirarse. Otros tres jugadores de la Unión Soviética, Keres, Petrosian y Geller, hacían tablas sospechosamente cortas cuando jugaban entre sí. Los dos jugadores estadounidenses llegaron a las manos por los servicios del segundo que debían compartir.
Bella Kortchnoi, cuyo esposo tomó una temprana ventaja en el torneo, era un títere en manos de la intrigante Rona Petrosian, la esposa del ganador posterior. Y uno de los favoritos era un muchacho larguirucho de 19 años de Brooklyn, Bobby Fischer, quien acusó abiertamente a los soviéticos de colusión y luego se demostró que tenía razón.
Al final, Tigran Petrosian fue el ganador y se convirtió en el nuevo Campeón del Mundo al año siguiente. Pero tal fue el impacto de las acusaciones de Fischer que esta fue la última vez que se organizó una batalla de este tipo. A partir de entonces, el retador a la corona más alta se determinó en una serie de partidos. Curaçao 1962 fue el último Torneo de Candidatos hasta que el concepto fue restaurado solo en los tiempos modernos.
En Curaçao 1962, Jan Timman regresa a este choque de gigantes y echa un nuevo vistazo a las partidas. Timman describe el curso del torneo y anota las partidas más importantes (¡incluyendo 16 de Fischer!) en su habitual estilo lúcido e instructivo. Curaçao 1962 revive una tradición de grandes libros de torneos, como New York 1927 de Alekhine y Zurich 1953 de Bronstein.
Preseleccionado para el premio Libro del año 2005 de la Federación Británica de Ajedrez.
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